Haití, de nuevo amenazada por el huracán 'Tomas'
El ciclón tropical 'Tomas' que se dirige hacia Haití amenaza a cientos de miles de personas con inundaciones mortales y posiblemente empeorará una epidemia de cólera que ya ha dejado más de 440 muertos en el país, dijo Naciones Unidas.
La tormenta desencadenará lluvias torrenciales y oleajes de hasta 2 ó 3 metros que pondrán en riesgo a 1,5 millones de personas, dijo Nigel Fisher, el coordinador de ayuda humanitaria de la ONU en Haití, citando estimaciones del Gobierno local.
Según publica el Centro Nacional de Huracanes de EEUU en su boletín de hoy, 'Tomas' sigue fortaleciéndose en aguas del centro del Caribe con vientos de 85 kilómetros por hora y según la probable trayectoria, el centro de la tormenta "pasará cerca de Haití o el extremo este de Cuba esta noche y en la madrugada del viernes".
"El mayor temor es que la gente se vea atrapada por las inundaciones y el contagio potencial del cólera", dijo Fisher en una entrevista.
El brote de la enfermedad diarreica, que se ha cobrado 442 vidas, ha desencadenado otra emergencia nacional en la nación más pobre del hemisferio occidental mientras el país aún trata de recuperarse del terremoto del 12 de enero que mató a más de 250.000 personas y dejó cerca de 1,3 millones de supervivientes viviendo en campamentos.
Tomas podría aumentar la miseria del país, después de sembrar muerte y destrucción a su paso por Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Santo Tomás y Martinica, en las Antillas menores.
Un gobierno desbordado
El peor escenario sería una tormenta con fuerza de huracán que golpee varias regiones simultáneamente, superando la capacidad del Gobierno y de sus socios para lidiar con el desastre, indicaron.
"El gran desafío es salvar vidas. Si el huracán es tan grande que todo el país se vea afectado severamente (...) nuestras capacidades realmente estarán sobrepasadas y tendremos que tomar decisiones difíciles sobre dónde destinar los elementos limitados", agregó.
El Gobierno haitiano está instando a la gente que vive en zonas bajas a que comiencen una evacuación voluntaria a terrenos más elevados o hacia albergues comunitarios.
Pero la capacidad del Gobierno para acelerar una evacuación es limitada y el traslado sería complejo para cientos de miles de personas que viven en campamentos en la capital.
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